La investigación, clave para frenar el desarrollo de la enfermedad

Se estima que en la actualidad hay 50 millones de personas con demencia a nivel mundial, de las que un 67% están afectadas de enfermedad de Alzheimer. El Alzheimer ya es por tanto la principal causa de demencia en personas de mayores de 65 años y, a partir de esta edad, su prevalencia aumenta de forma exponencial.

La Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) estima que en la actualidad 4,5 millones de personas están afectadas por el Alzheimer y sus consecuencias, de los cuales 1,2 millones padecen la enfermedad, y de éstos, el 9% tienen menos de 65 años. A una familia le cuesta una media anual de 31.000 € atender a su enfermo de Alzheimer.

El aumento en la esperanza de vida lo está convirtiendo en una epidemia,

Estamos frente a una enfermedad que, a día de hoy, no tiene cura. La esperanza está en la investigación.

¿Qué tipos de investigaciones existen?

  • Investigación biomédica: tiene por objeto generar conocimientos que ayuden al diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades en humanos.
  • Investigación básica: trata de consolidar e incrementar conocimientos, generando evidencia científica que sirva de base para pasar a la siguiente fase. Se suele realizar en el laboratorio con animales.
  • Investigación traslacional: enlaza la investigación básica con la clínica. Tiene como objetivo facilitar la transición del resultado obtenido en la básica y la aplicación o producto final (fármaco) que se persigue en la clínica.
  • Investigación clínica: es la que se realiza con la participación de personas para evaluar nuevos tratamientos y terapias.
  • Investigación social y sociosanitaria: Tiene como objetivo generar conocimiento acerca de todos aquellos aspectos que influyen en la mejora de la calidad de vida de las personas afectadas, binomio paciente-cuidador. La implementación de los resultados en esta investigación permiten una asistencia adecuada y específica para lograr definir unas políticas sociosanitarias, validar las intervenciones o terapias no farmacológicas y, en definitiva, diseñar un abordaje global de la enfermedad.

La Confederación Española de Alzheimer, (CEAFA) considera prioritario:

  • Incrementar las dotaciones presupuestarias en investigación biomédica.
  • Favorecer la comunicación entre los equipos de investigadores para mejorar la investigación en red, evitando la duplicidad de proyectos y estableciendo criterios de optimización de la inversión.
  • Generar políticas que favorezcan el desarrollo de ensayos clínicos para la prevención y el tratamiento de la enfermedad, impulsando la participación de los pacientes en aquellos estudios que ofrezcan las necesarias garantías de seguridad.
  • Apostar por la investigación social y sociosanitaria para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, binomio paciente-cuidador, mientras la investigación biomédica no logre resultados.
  • La investigación biomédica, social y sociosanitaria deben der apoyadas con la misma intensidad y desarrollarse de manera paralela.

La investigación es el único camino. Sin investigación no hay ciencia. Sin ciencia no hay cura.